En nuestro país la atención educativa a la Primera Infancia, comprendida desde el nacimiento hasta los 6 años, constituye una prioridad a partir del triunfo de la Revolución, muestra de ello es que a la etapa tan temprana como el año 1961 se crean los primeros círculos infantiles, en respuesta a la necesaria incorporación de la mujer al trabajo y la precaria situación de las instituciones infantiles que existían hasta el momento
En nuestro país la atención educativa a la Primera Infancia, comprendida desde el nacimiento hasta los 6 años, constituye una prioridad a partir del triunfo de la Revolución, muestra de ello es que a la etapa tan temprana como el año 1961 se crean los primeros círculos infantiles, en respuesta a la necesaria incorporación de la mujer al trabajo y la precaria situación de las instituciones infantiles que existían hasta el momento.
Institucional
Las instituciones infantiles que existen en nuestro país para la atención a los niños de la Primera Infancia se denominan Círculos Infantiles y aulas de preescolar, ubicadas en las Escuelas Primarias, en estas instituciones el niño recibe un programa educativo, derivado de investigaciones realizadas e impartido por profesionales provenientes de diferentes tipos de formación para la Primera Infancia. En relación con los Círculos Infantiles tienen prioridad para su ingreso los hijos de madres trabajadoras, desde 1 año hasta los 6 años de edad. Estos centros funcionan desde las 6:00 de la mañana hasta las 7:00 de la noche, organizándose su personal por turnos de trabajo que cubren todo el día, así como los sábados laborables.
La organización de la vida de los niños en los círculos infantiles se rige por los requerimientos de un horario de vida que contempla la satisfacción de las necesidades básicas (alimentación, aseo y sueño), así como por el horario docente, que contempla las diversas actividades pedagógicas que propician el desarrollo integral de los niños. Estos centros cuentan además, con servicio de atención médica (una enfermera) y otras especialidades (logopedas, instructores de arte), así como un manual de alimentación que responde a las necesidades nutricionales de estas edades.
No Institucional
La modalidad no institucional para la atención educativa a los niños de la Primera Infancia es el Programa Educa a tu Hijo. Este programa está dirigido a preparar a las familias para qué a partir de sus propias experiencias y saberes, realicen acciones educativas con sus hijas e hijos desde las condiciones del hogar.
En él participan representantes de los distintos organismos estatales y organizaciones sociales (Salud, Cultura, Deporte, Federación de Mujeres Cubanas, Asociación Nacional de Agricultores Pequeños, Comités de Defensa de la Revolución, entre otras), que operan en la comunidad, integrados en un Grupo Coordinador que coordina Educación.
En su ejecución práctica, para la orientación a la familia, cuenta con personal profesional (educadoras y maestras de preescolar, auxiliares pedagógicas, bibliotecarias, médicos y enfermeras de la familia, técnicos de deporte, instructores de cultura, entre otros)
Este programa se inicia con la atención a las embarazadas, utilizando los propios espacios que tiene diseñado el sistema de salud de nuestro país, a partir de garantizar que además de la atención clínica se le ofrezcan orientaciones educativas que aseguran su preparación para estimular el desarrollo de su niño durante el embarazo y al nacer.
Orientaciones Educativas
La preparación de las familias constituye una prioridad dentro de la Educación de la Primera Infancia, con el fin de lograr que juegue un papel protagónico en la educación de sus hijos.
Plan Educativo
El programa educativo, con independencia de la forma de organización que adopte, se sustenta en un conjunto de principios referidos tanto a los factores que condicionan el proceso educativo, como a las particularidades y características de los niños y niñas. Estos principios son:
- El niño como centro de todo el proceso educativo.
- Papel rector del adulto en la educación del niño y la niña.
- Integración de la actividad y la comunicación en el proceso educativo.
- Vinculación de la educación del niño con el medio circundante.
- Papel significativo de la familia en la educación de los niños.
- Interrelación e interdependencia entre los diferentes componentes del proceso educativo.
- Atención a las diferencias individuales.
La organización del proceso educativo, tanto en los círculos infantiles como en los grados preescolares, parte de considerar, como una condición indispensable para el éxito de la educación de los niños y las niñas, el proceso de adaptación a la institución, que consiste en el tránsito paulatino de las condiciones de vida del hogar a las del círculo. Este proceso se sustenta en un conjunto de principios y requerimientos resultados de investigaciones desarrolladas con este fin.
El Programa Educativo está estructurado en áreas de conocimiento y desarrollo, y abarca los contenidos siguientes:
- De acuerdo con la flexibilidad del currículo, las actividades programadas se estructuran de forma que se combinan armónicamente los contenidos referidos a las diferentes esferas de desarrollo, en correspondencia con las características del grupo de niños y niñas, condiciones de las educadoras y ejecutoras y los contenidos a trabajar. Esta forma de estructurar las actividades programadas es una posibilidad más de favorecer la creatividad y la independencia de los encargados de la educación de los niños.
- El contenido de la actividad independiente puede ser muy variado atendiendo a los intereses, gustos y necesidades de los niños que la seleccionan, pero indiscutiblemente la educadora y la ejecutora de la vía no institucional conjuntamente con la familia, ejercen también su influencia de una forma muy indirecta, incluyendo entre los materiales que los niños tienen a su disposición, algunos que resultan sugerentes y cuya utilización puede contribuir a alcanzarlos objetivos propuestos.
- Entre las variadas alternativas a ofrecer a los niños y niñas durante la actividad independiente están el juego de roles, el dibujo, el modelado con plastilina o barro, la construcción con bloques o cajas, juegos didácticos, de movimiento, dramatizaciones, juegos musicales, paseos y todo lo que la educadora o ejecutora puedan crear para enriquecerlas. No se ofrece un esquema de contenido de estas actividades, porque ello iría en contra de su propia esencia, en la cual la libre elección del niño, entre las múltiples opciones que se le brindan o lo que él mismo pueda proponer, constituye el elemento más importante.
La organización del proceso educativo en las instituciones se rige, además, por un horario de vida, que posibilita la satisfacción racional de las necesidades básicas. Este horario asegura las horas de sueño y de vigilia diaria, tomando en cuenta la edad, las particularidades individuales, el ritmo de cambio de una a otra y la alimentación, así como la correcta variación y dosificación de las actividades durante la vigilia. Se estructura por año de vida en correspondencia con las particularidades de estos procesos en cada edad y de las necesidades de los niños y niñas.
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